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El Gobierno sustituye la selectividad por una prueba final de Bachillerato
21 de septiembre de 2012
Foto: Matías Cortina / Terra
El Consejo de Ministros ha aprobado este viernes el anteproyecto de ley de reforma educativa, tal y como ha informado la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, que ha comparecido en rueda de prensa junto al ministro de Educación José Ignació Wert.
Santamaría ha comenzado su intervención recordando la propuesta de nombramiento de las nuevas responsables de la Comisión Nacional del Mercado de Valores: Elvira Rodíguez como presidenta y Lourdes Centeno como vicepresidenta. Pero inmediatamente se ha centrado en la importante reforma, «una de las principales reformas estructurales del Gobierno para fortalecer la formación integral de los ciudadanos», ha indicado.
«Queremos conectar el aula con el empleo», ha señalado la vicepresidenta del Gobierno. Y, en esta línea, el ministro Wert ha considerado que es necesario resolver el abandono educativo temprano, pero también «mejorar el invel educativo, la empleabilidad y la competitividad».
Evaluaciones en todos los niveles
El ministro Wert ha desgranado las novedades de la reforma educativa. Lo más novedoso es la desaparición de la selectividad, que será sustituido por una prueba final de Bachillerato. De hecho, se trata de incrementar la evaluación estandarizada en todos los niveles educativos.
Así habrá dos exámenes en primaria (en 3º y 6º), «para evaluar la evolución», según ha dicho el ministro Wert, pero sin consecuencias individuales. Es decir, seguirá siendo competencia exclusiva de los centros educativos si el alumno puede o no pasar de curso.
En Secundaria habrá otro examen tras el cuarto curso, del que dependerá la obtención del correspondiente título. Además se inicia la separación del alumnado un año antes, de tal forma que el actual curso de 4º de la ESO será sustituido por un curso de preparación para el Bachillerato o un curso de preparación para la Formación Profesional. La prueba de final de la secundaria será distinta para los alumnos de una u otra variable.
Finalmente, se introduce también un nuevo examen al final de los dos cursos Bachillerato: de su aprobación o suspenso dependerá la obtención del correspondiente título. El Bachillerato se reduce a cinco vías (Ciencias e Ingeniería, Ciencias de la Salud, Humanidades, Artes y Ciencias Sociales), y el conjunto de la etapa entraá un peso del 60%, mientras que ese nuevo examen final sumará el 40% restante. Vendría a sustituir a la actual selectividad, de tal forma que quedará en manos de los centros educativos la decisión última de la metodología de sus pruebas de acceso.
Más poder para el ministerio
El ministro Wert ha anunciado que se refuerzan las competencias del Ministerio para fijar contenidos comunes, que supondrán el 65% del temario en las comunidades autónomas con lenguas cooficiales y un 75% en las que no las tienen. Pese a todo, Wert ha asegurado que no se trata de una «recentralización» ya que no se «pretende despojar a las autonomías de la gestión de la educación». Sigue leyendo